A Pablo d’Ors lo podríamos definir como sabio.

Una persona a la que escucharías y leerías todo el tiempo. Lleva 30 años como sacerdote, 10 de los cuales trabajó en el Hospital Ramón y Cajal, dónde acogió, vivió y se nutrió del acompañamiento en el final de vida. También es humanista, y escritor. Ha trabajado mucho la dimensión contemplativa de la persona y ha hablado sobre meditación y silencio. Podríamos destacar muchos libros, entre ellos la Biografía del silencio, un breve ensayo sobre la medición y Sendino se muere donde relata las experiencias que vivió la doctora África Sendino a lo largo de su enfermedad y donde se muestra el valor de dejarse cuidar y lo que significa trascender el sufrimiento. 

En este artículo os quiero hablar de la conferencia que realizó el pasado 30 de septiembre en la Fundación Paliaclínic. 

Antes de entrar en materia, Pablo habla de la importancia de la escucha. Nadie puede dar lo que no tiene y por consiguiente no podemos dar escucha a los demás si no nos escuchamos a nosotros mismos.

El verdadero desafío es aprender a mirar al otro, para luego poder escucharle. 

Nunca acompañaremos en un proceso de vulnerabilidad, como es la enfermedad, si no atravesamos nuestra propia vulnerabilidad. Es de allí de dónde puede nacer el acompañamiento más sensato y adecuado. Por ello da mucha importancia a la meditación como escuela para escucharse a uno mismo. 

El título de la conferencia fue LA DIMENSIÓN CONTEMPLATIVA DE LAS RELACIONES INTERPERSONALES y allí destacó los 7 criterios para la escucha activa interpersonal que expone su mentor Franz Xelitz en el libro Escuchar para ser de la editorial Sígueme. 

• El primer criterio es la PROPORCIONALIDAD 

Si quieres saber cómo es tu relación con los demás, pregúntate cómo es tu relación contigo mismo.

Y tu relación con dios, la vida o como quieras llamarlo… Dice que hay una relación proporcional: contigo, con los demás y con “la vida”…

No puedes tratarte bien a ti y mal a los demás o al revés. Para que se entienda mejor Pablo destaca un ejemplo que se encuentra en el libro de Xelitz: si tu amas a 3 personas; 20 les tienes afecto; 70 te son indiferente; y 2-3 no los soportas. Es que esa es la relación contigo mismo: amas un 3% de ti mismo. Un 20% te resulta agradable, un 70% lo ignoras

y un 2-3% preferirías no conocerlo. 

Este es un criterio que te da una dimensión realista,

en el que todo es un espejo de todo. 

• El Segundo criterio es la AUTONOMIA PERSONAL 

Este seria el punto de partida para una verdadera escucha, tienes que creer en la autonomía personal del otro. Esto significa que el otro tiene una capacidad para comprenderse y para crecer. 

Si tu no lo crees, no le vas a dar la oportunidad de hacerlo. Ayudar a alguien no es sacarlo de su agujero, si no mostrarle que él mismo puede salir. Pero si tu no lo crees, no puedes darle esa fe. Porque nadie puede dar lo que no tiene. 

Por ello el mejor servicio social que podemos prestar es ayudar a los otros a creer en sí mismos. Pero para eso tienes que creer tu en ellos. Hay que reforzar la fe en el otro. Y para ello hay que creer en uno mismo.

Cree en ti para creer en el otro.

• El criterio más práctico es este. El REFLEJO 

Para Pablo, Escuchar es acoger lo que el otro te dice sin cargarlo intelectual ni emocionalmente. 

Y pone un ejemplo. Si la otra persona te dice “estoy muy triste". Y tu le dice “no hombre si tienes una mujer estupenda, un trabajo divino…” es un error porque ya estas discutiendo intelectualmente lo que te están diciendo. Actuamos así porque no soportamos la tristeza del otro. Cargarlo emocionalmente en este caso seria por ejemplo cuando a la frase “estoy triste”, Tu dices “pobrecillo”. Allí has puesto tu emoción. A la otra persona no le interesa.

Hay que dejar de lado tus pensamientos y emociones

(la meditación ayuda a ello). 

En comunicación hay un ejercicio para poner el práctica el reflejo. Devolver de manera parecida lo que se dice. Sin meter nada de tu cosecha. 

Es decir: A la frase “Estoy triste” decir: “así que estás triste…” y entonces das la opción a la otra persona a abrirse. “Si porque el otro día mi hijo se portó mal…” y tu sigues “así que se portó mal…” No aportas nada. Le sirves de pared para que el otro pueda hacer su trabajo. 

Lo que tú harías no tiene importancia. Por eso es tan importante el respetar. ACEPTAR QUE EL OTRO SEA OTRO. SEA DIFERENTE. QUE NO SE AJUSTE A LO QUE DEBERÍA SER. Que lo dejes en paz. 

•    Las PAUSAS es el cuarto criterio para una escucha activa 

Es el que más le gusta a Pablo y el que más pone en práctica. 

Estar presente en silencio de verdad es muchos más difícil que hablar. 

Es un esfuerzo más sutil y profundo.

Presencia silenciosa y afectuosa.

Esto es activo y te compromete más que hablar.

El silencio se puede trabajar. Las emociones que metes en el silencio, generan un clima real, que se puede respirar. Por lo tanto si tu piensas “que mal rollo, quiero salir de esta habitación”. Lo estás generando realmente. Pero si generas dentro un buen ambiente, un lugar doloroso pero hermoso. Quiero estar aquí.

Eso se contagia. La presencia real es eficaz.

Lo más interesante de un diálogo, son los silencios.

Los silencios que se van creando. Porque estos silencios permiten que el otro acoja y elabore lo que se dice.

No hay comunicación profunda si no es pausada.

Tu no puedes hablar de ti mismo deprisa. Cuando hablas de algo aprendido puedes hacerlo deprisa. 

Si no eres capaz de soportar el silencio con un enfermo, no vayas. No lo llenes con palabrería. No lo ayudas.

Lo estás tapando. 

El silencio en una conversación es el símbolo de que el otro nos importa. No lo rellenamos todo con nuestras cosas. Si no que te importa lo que está pasando y dejas tiempo para elaborarlo y gestarlo. 

• El quinto criterio es la GRATUIDAD 

Una relación interpersonal solo puede ser fecunda si es gratuita. Si no está interesada. 

Lo hermoso es gratuito. No buscas otra cosa que no sea el bien. 

Hay que purificar las emociones. ¿Porque me importa tanto la escucha? ¿Porque me importan los enfermos? Hay que revisar las motivaciones. 

• La REVELACIÓN es el sexto criterio 

Si el proceso de acompañamiento es de verdad y funciona hay algo que se revela. Hay algo que se abre. Es Revelación porque nos cuenta algo que no sabemos. Vas a descubrir lo que no sabes que tienes. Hemos aprendido cosas de la vida. Hemos aprendido a vivir. Estamos juntos para: concebir, gestar y alumbrar la vida. Allí, en la comunicación se está gestando algo. No visitamos a los enfermos porque somos buenos, si no para descubrir qué somos y que somos, ambas cosas.

• Por último tenemos el DIÁLOGO 

No es solo escuchar, ni reflejar si no también hay que dar algo, hay que hablar. Y el diálogo tiene que responder a 3 preguntas:

¿Qué tenemos que dar?

¿Por qué hemos de darlo? ¿Y cómo hacerlo?

¿Qué hay que dar? Hemos de dar nuestro centro. Nuestro fondo. Porque si tu estás en tu centro invitas al otro a entrar en el suyo.

¿Por qué hemos de darlos? Por que es lo que somos.

¿Y cómo dar ese centro? Con respeto (aceptar que el otro sea otro. No llevarlo a tu orilla, si no navegar juntos) con suavidad (usando palabras sencillas, un tono de voz agradable, las palabras se formulan despacio para que el otro las pueda acoger), con progresión (toda comunicación está articulada. Tiene un orden) y con inteligencia (la palabra que das es correcta si apunta a la palabra que el otro es. Todo esto es adecuado si os hace preguntas. Si os interpreta a vosotros.) 

Por último me gustaría concluir el artículo con dos afirmaciones que hace Pablo d’ora en la conferencia: 

“No he visto amor tan grande y tan abundante como en un hospital” 

y sigue: "es curioso que el escenario del horror sea también el escenario del amor".

Muchas gracias, espero que os haya gustado y nos vemos en el siguiente post.